Ahora que decido apostar todo por tus besos te vuelves tan jodidamente orgulloso, tan bala perdida, tan cabecita loca; te vuelves tan yo que hace daño. Y no sabes lo que duele a quemarropa el corazón desde el lado débil de la cama, temiendo que en cualquier momento cojas tus miradas que enamoran y te largues a cualquier lugar, dejándome con los sueños en carne viva y los "te quiero" colgando del filo de mis labios.
No hay comentarios:
Publicar un comentario