Ahora tiene por costumbre fumarse las noches locas más rápido que los recuerdos bonitos que le vienen a la cabeza cada vez que aparece él girando la esquina. Jodida dependencia a ahogar los sentimientos en alcohol cada noche de luna llena y a buscar en un intento fallido su olor en rincones oscuros y en camas ajenas. Tiene el corazón roto a mordiscos y remendado a besos entre caricias regaladas algún que otro amanecer. Y amanece en su sonrisa, que no es poco, porque a día de hoy ha salido a ver el sol las mismas veces que ella le ha olvidado, ninguna. Sueños que se derrumban entre sus pestañas y esos preciosos ojos azul cielo. Y unas promesas rotas que no se arreglan ni con el “Te quiero” más sincero.
jueves, 10 de mayo de 2012
Ahora tiene por costumbre fumarse las noches locas más rápido que los recuerdos bonitos que le vienen a la cabeza cada vez que aparece él girando la esquina. Jodida dependencia a ahogar los sentimientos en alcohol cada noche de luna llena y a buscar en un intento fallido su olor en rincones oscuros y en camas ajenas. Tiene el corazón roto a mordiscos y remendado a besos entre caricias regaladas algún que otro amanecer. Y amanece en su sonrisa, que no es poco, porque a día de hoy ha salido a ver el sol las mismas veces que ella le ha olvidado, ninguna. Sueños que se derrumban entre sus pestañas y esos preciosos ojos azul cielo. Y unas promesas rotas que no se arreglan ni con el “Te quiero” más sincero.
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