Yo no necesito a alguien que me eche en cara lo que hago, necesito a alguien que me ponga límites, que me pare los pies alguna que otra vez pero que a cambio me acelere el pulso cada vez que me mire a los ojos. Necesito a alguien que me regale sonrisas de esas de lado que te hacen perder la cabeza, a alguien que me haga perder la cordura y la vergüenza y la ropa entre las sábanas. Necesito que aparezca y me abrace por detrás mientras me miente y me dice lo mucho que no me quiere, pero que acabe admitiendo que no puede vivir sin mí.
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