¿Sabes? Yo nunca he sido de creer en muchas cosas. No me
creía las películas Disney de pequeña y tampoco me creo las románticas a día de
hoy. No creo en las estrellas fugaces o en los imposibles. Tampoco creo en el
amor a primera vista ni en el amor para toda la vida. Nunca he creído en la
gente que no se arriesga, ni en la que no cree en su suerte y mucho menos en la
que hace planes para dentro de cinco años, aunque, para serte sincera, a veces
no me creo ni a mí. Así que tampoco creo que vea el fin del mundo, pero si
llega, si me pilla en pleno diciembre intentando sobrevivir al invierno, tengo
claro que quiero que me pille contigo, enredados entre las sábanas, desafiando
al mundo mientras me evado de él con el sonido de tu dulce voz. Quiero que me
pille perdida entre las constelaciones de lunares que tiene tu espalda, comiéndome
a besos esa preciosa sonrisa mientras pienso lo fácil que te haces de querer.
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