viernes, 7 de diciembre de 2012

Siempre habrá un recuerdo que nos llene los ojos de lágrimas.



Y sólo queda recordar, recordar pequeños detalles, instantes que lo cambiaron todo. Recordar los errores y las caídas y nuestras ganas de ganar. Recordar que por muy cálidos que sean los besos si diciembre se ha propuesto congelarte el corazón, lo hará. Recordar silencios que gritaban a voces que te echaba de menos de una manera brutal, aunque el filo de mis labios murmurase que no quería volverte a ver. Recordar el dolor que provocaban las caricias baratas que lo único que conseguían era romperme más y más el corazón. Recordar andadas que a estas alturas ya no valen nada, pero que siguen traicionándome cada vez que aparecen con el primer resquicio de frío que trae este puto invierno.

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