Y vuelve el jodido invierno a calarme los huesos y a
recordarme que ya no estás aquí para pasar las tardes de lluvia en mi cama
mientras me susurras entre besos lo que odias quererme hasta dolerte el
corazón. Y es que dicen que los amores de verano no soportan el frío del invierno
pero el nuestro lo que no soportó fueron las noches cálidas en las que
habríamos dado medio mundo por vernos entre las sábanas al amanecer. Porque
ninguno de los dos dijo “para siempre” pero me di cuenta de que contigo los “aquí
y ahora” duraban menos que lo que tardábamos en comernos a besos las noches
frías de Febrero. Que vuelve el jodido invierno a recordarme que ya no estás
aquí y, quieras o no, también ha venido a recordártelo a ti.
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