Es ese jodido miedo a quedarte sin nada ahora que lo tienes todo, a tener sus besos de rutina, a que te tiemblen las piernas cada vez que le ves aparecer, a echar de menos sus caricias a cualquier hora del día. Miedo a que se largue de repente, igual que entró en tu vida. Miedo a que te cambie la suerte y tengas que volver a empezar de cero sabiendo que, sin él, no vas a pasar del uno. Miedo a acostumbrarte a él, a saber que sonreír ya no depende solo de ti. Miedo a quererle de más, miedo a quererle de menos.
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