Y es que el mundo pesa demasiado y tus sonrisas hoy saben
a poco. En realidad saben a mucho, pero a recuerdos, a otros besos robados, a
otras lágrimas saladas que las borran, saben a otra piel. Hoy es día de besos
amargos y caricias baratas. Porque para qué nos vamos a engañar, el invierno no
congela los corazones hechos trizas en pleno Diciembre, lo hace cuando se
acerca Febrero, recordándonos que las andadas no valían nada, pero que eran tan
distintas al amor que acaban creando vicio, y lo malo de los vicios es que,
aunque no queramos darnos cuenta, acaban rompiéndonos poco a poco.
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