viernes, 28 de septiembre de 2012

Pequeña, declaro la guerra a todo lo que te hace daño a ti.



Levanta la cabeza pequeña, que el sol no merece perderse esa mirada. ¿Qué tropiezas con una piedra y te caes? Pues levántate mirando al frente, y nada de curar las heridas a base de alcohol, con sonrisas, que cicatrizan mejor. Que nada es para siempre, ni si quiera la vida, así que vive al límite princesa, que tú no necesitas preocuparte por perder la corona. Besa sapos, que los príncipes de hoy en día siempre acaban por desteñir; nada de tacones de cristal, unos de aguja que te hagan llegar a más de tres metros sobre el cielo sin necesitar al típico capullo que lo único que hará será romperte el corazón; y un buen vestido para que todos esta noche pierdan el culo por soñar contigo. Levanta la cabeza pequeña, que el invierno se vuelve más frío cada vez que no escucha tu risa.

jueves, 27 de septiembre de 2012

Hasta las estrellas más brillantes se apagan


Lo suyo era un amor loco, que no entendía ni de reglas ni de medidas de tiempo. Era de esos amores que crean los recuerdos más bonitos de la historia pero que al final acaban por destruir, acaban por ser de todo menos sanos. Aunque a ellos eso les daba igual porque ellos eran de comerse a besos en cualquier esquina con la excusa más barata jamás inventada, de tomarse en el desayuno y de postre en la cena, de perderse entre las sábanas buscando guerra simplemente por firmar con caricias la paz. Si él era el Sol ella era la Tierra, dos flechas sin rumbo buscando su respectivo corazón. Y es que siempre aseguraron que su amor brillaba más que el cielo en plena noche de lluvia de estrellas, pero al final, todas las estrellas terminan apagándose.

miércoles, 26 de septiembre de 2012

Septiembre de sangre caliente y sábanas frías.


Y vuelve el jodido invierno a calarme los huesos y a recordarme que ya no estás aquí para pasar las tardes de lluvia en mi cama mientras me susurras entre besos lo que odias quererme hasta dolerte el corazón. Y es que dicen que los amores de verano no soportan el frío del invierno pero el nuestro lo que no soportó fueron las noches cálidas en las que habríamos dado medio mundo por vernos entre las sábanas al amanecer. Porque ninguno de los dos dijo “para siempre” pero me di cuenta de que contigo los “aquí y ahora” duraban menos que lo que tardábamos en comernos a besos las noches frías de Febrero. Que vuelve el jodido invierno a recordarme que ya no estás aquí y, quieras o no, también ha venido a recordártelo a ti.

viernes, 14 de septiembre de 2012

Si le quieres, no le jodas.


Es ese jodido miedo a quedarte sin nada ahora que lo tienes todo, a tener sus besos de rutina, a que te tiemblen las piernas cada vez que le ves aparecer, a echar de menos sus caricias a cualquier hora del día. Miedo a que se largue de repente, igual que entró en tu vida. Miedo a que te cambie la suerte y tengas que volver a empezar de cero sabiendo que, sin él, no vas a pasar del uno. Miedo a acostumbrarte a él, a saber que sonreír ya no depende solo de ti. Miedo a quererle de más, miedo a quererle de menos.

domingo, 9 de septiembre de 2012

Arriésgate, no te quedes con las ganas.


Que admito que mi cordura ni si quiera roza el límite de lo normal, que soy bipolar y a veces me tira más el orgullo que el corazón. Que la cago muchas veces, quizás demasiadas, pero que sé mirar al frente y seguir hacia delante, porque si algo he aprendido es que el pasado nunca nos traerá nada mejor que lo que estamos viviendo ahora. Que soy una bala perdida sin frenos y sin límites aferrándose a cada segundo de su vida antes de darse de bruces y volverse a estrellar. Que quizás sea lo peor que te puedas encontrar y puede que te merezcas algo más que esta cabecita loca, quién sabe. Pero te aseguro que nadie más será capaz de aprenderse de memoria las constelaciones de lunares que hay en tu piel, capaz de perderse en esos ojos color Coca-Cola y no volverse a encontrar hasta que llegue el jodido invierno y se pueda perder entre tus caricias y las sábanas de tu cama. Porque puede que dejarme entrar en tu vida no era lo que habías planeado, pero para eso estoy yo, para demostrarte que a veces es mejor improvisar.