viernes, 31 de agosto de 2012

Que nunca has estado tan jodidamente enamorada en tu asquerosa vida.



Ella, tan perfectamente imperfecta. Ella, que se lo merecía todo como la princesa que era, que se merecía un palacio con vistas al mar, en primera línea de playa. Que se merecía las mejores noches y los mejores amaneceres, se merecía los mejores “Buenos días princesa” que nunca nadie hubiese dado, desayunos en la cama con diamantes y las palabras de amor más bonitas que ni si quiera Neruda fue capaz de escribir jamás. Pero se acabó acostumbrando a él, a esas miradas que la hacían perder la cabeza y a la resaca que le provocaban esos besos que la emborrachaban de amor. Y ahí estaba ella, dándolo todo por un tío que ni si quiera la había regalado una noche de estrellas cuando ella lo que se merecía era la luna, enganchada a sus lunares y cada uno de los milímetros de su piel.

Que te bese tu orgullo cuando mis besos te hagan falta.


Que sé la forma que tiene de mirarme de reojo, intentando que nadie se dé cuenta de que pierde el culo. La manera esa de andar que tiene, típica de chico malo, pero que también sé que de chico malo ni siquiera tiene las manías. Que me sé de memoria las más de trescientas sonrisas diferentes que tiene, desde la de “príncipe azul” hasta la de “lobo feroz”. Y porque sé todo eso también estoy segura de que ese jodido orgullo suyo no le deja admitir que ya nunca podrá olvidarse de mí.

miércoles, 29 de agosto de 2012

Él era el chico ideal; ella, un caso perdido.


Amanece entre los rascacielos mientras ella cruza la ciudad deslumbrando al sol con esa jodida sonrisa que enamoraría hasta a la misma luna, porque aunque esta noche se ha rendido a la tentación que le provocaban el filo de sus labios y esos ojos color caramelo, sabe que es mejor pensar en el dulce sabor de sus besos que en lo amargo que saben las despedidas.

sábado, 25 de agosto de 2012

Creo que no has entendido la parte de mi vida en la que tú no estás.



Y aquí estoy hoy, apostando todo por mí y por mi suerte. Que ahora soy esa a la que le tira más otro que esa puta droga que me dabas tú, porque me sobra tiempo, tiempo para hacer locuras, para querer, para vivir, me sobra tiempo para todo menos para seguir teniendo ganas de ti. Así que lo siento si creías que iba a seguir en el mismo lugar de siempre esperando a que vengas a decirme que soy lo mejor que te ha pasado porque eso ya te lo puedo asegurar yo. Que vendí tus besos y me compré la pizca de locura que me hacía falta para dejar de ser caperucita y empezar a ser el lobo feroz.

Con el hielo de tu corazón me hacía los cubatas.


Perdí la noción del tiempo cuando te fuiste y la poca cordura que me quedaba la guardé debajo de mi almohada para que ninguna pesadilla me vuelva a joder los sueños otra vez. El pintalabios rojo debe estar en el cuello de la camisa blanca de algún tío con complejo de chico malo, las razones para olvidarte están encerradas en una vieja botella de ron y tus palabras en formato susurro siguen rayadas en mi viejo radiocasete.
La putada es que las ganas de ti siguen aquí.



lunes, 20 de agosto de 2012

Soy demasiado real para tu mundo imaginario.


Mírame, sigo aquí de pie, resistiendo a tanta bala perdida y a tantas heridas en las rodillas provocadas por las veces que me hiciste caer. Mírame mirando al frente, abrazada a mi orgullo y dándole la espalda a tus recuerdos. Porque por fin me he dado cuenta de que quizás soy mejor que tú y que tus sonrisas baratas, me he dado cuenta de que ella no te besa como yo, de que nadie te besará como yo. Y tal vez cuando te des cuenta de eso vuelvas buscando a esta bala perdida echa a tu medida, una pena que cuando eso suceda yo esté en cualquier lugar cambiando mis besos por amaneceres junto a otra piel.

sábado, 4 de agosto de 2012

Te quiero aquí y ahora.

Yo no tengo planes de futuro, yo soy más de “aquí y ahora”, de comerte a besos hoy por si mañana coges la maleta y te vas, de robarte las sonrisas cada dos minutos no vaya a ser que se te agoten, de dedicarte cada mirada por si se me queda colgando algún “te necesito” de las pestañas, de raptarte entre las sábanas de mi cama cada noche para no perdernos ni un solo amanecer. Yo soy más de quererte cada milésima de segundo hasta que se me desgaste el corazón, fecha indefinida.