sábado, 22 de junio de 2013

Tú puedes todo y más.

Ya es hora de que sonrías. Por todos aquellos que no creyeron en ti, por los que se creían mejores que tú y hoy no aspiran ni a poder seguir tus pasos. Sonríe por las veces que arriesgaste y ganaste, por las veces que la cagaste o por todo aquello que volverías a repetir. Sonríe por las veces que el destino se puso en tu contra y la suerte no te abandonó. Por todos aquellos que no estuvieron en tus malos momentos y no se merecieron los mejores. Sonríe porque hoy eres menos de lo que conseguirás ser mañana y alguien mejor de lo que fuiste ayer. Porque hoy estás a años luz de todos aquellos que deseaban verte caer. Sonríe por los sueños que te quedan por cumplir. Sonríe, por ti, porque aunque el mundo se revele en tu contra no tiene ni la mitad de cojones de los que tienes tú para levantar la cabeza y seguir. 

miércoles, 15 de mayo de 2013

Felices 18!!

Y ya van dieciocho velas sopladas desde aquel 15 de mayo de 1995.

Hoy no vas a escribir tú, hoy deja que escriban por ti, te mereces una sorpresa así.
Y es que  llevas ya muchas entradas escritas,muchos textos, muchos versos, muchas palabras que llegan al corazón de cada una de las más de 45.000 personas que han visitado y leído este blog.
Este blog que es una parte más de ti, que  utilizas para eliminar el estrés del día a día, del instituto, de segundo de bachillerato que tanto tiempo te está quitando para escribir aquí. Este blog que te sirve para desconectar y expresarte.


Hoy, 15 de mayo es tu día, tu cumpleaños, pero también hoy hace un año que nos dimos nuestro primer beso, algo que será inolvidable.
Ese beso que nos dimos el día 15 pero que  todos sabemos que venía de antes, venía de ese 18 de febrero de 2012 cuando te conocí en aquella cena de Roma.
Y que cosas tendrá la vida que tuvimos que coincidir en aquel viaje, en aquella cena a la cual te presentaste tarde y en la que te quedaste sin sitio y tuvieron que sentarnos juntos, uno frente el otro.
Bendita cabeza loca la tuya, bendita hora en la que llegaste tarde y te quedaste sin sitio, ahí comenzó todo, cuando apareciste de la nada, con la mejor de tus sonrisas, esa que me caló tan hondo y que no olvidaré jamás.
Pasaron los días y todo comenzó a forjarse, comenzaron nuestras conversaciones, esas que duraban hasta la madrugada y en la que perdíamos inocentemente la noción del tiempo, pequeños detalles que agrandaban nuestros sentimientos y así fue como casi sin darnos cuenta llegamos a ese 15 de mayo. Pero nada concluyó con ese primer beso, era el principio de esto tan bonito que hicimos oficial esa noche del 5 al 6 de diciembre.
Y aquí estamos justo un año después con la misma ilusión que el primer día, agrandando nuestra historia, esta que continuarás escribiendo tú.

Disfruta de estos 18 que hoy estrenas y ya sabes, PUEDES CON TODO.

Elena Martín Arenas, te quiero.

Firmado: Anónimo ;)



viernes, 19 de abril de 2013

No pueden hablar del amor si no te conocen, si no nos conocen.



Y es que nadie me puede hablar del amor si no te conoce, si no conoce la sensación de vértigo que acompaña a cada una de tus caricias, si no se les ha pasado por la cabeza la idea de fugarse a cualquier lugar contigo cada vez que apareces girando la esquina. No pueden hacerlo si nunca se han perdido en tus ojos para acabar encontrándose en el filo de tus labios, en esa jodida sonrisa. Porque nadie tiene razones suficientes para decirme lo que es querer a alguien si no saben lo que es echarte de menos simplemente por estar a más de dos centímetros de ti, si nunca han perdido el norte para acabar perdiendo la cordura en tus caderas.

No pueden hablar del amor si no saben lo que es dormir escuchándote respirar, si no conocen a qué sabes con un poco de nocilla, si no tienen ni puta idea de lo bonita que es tu boca cada vez que susurras un “te quiero”.
No pueden hablar del amor si no te conocen, si no nos conocen.

domingo, 14 de abril de 2013

Nosotros somos quien decidimos si queremos vivir o dejarnos morir.



A lo largo de nuestra vida tenemos que tomar demasiadas decisiones. Elegimos nuestros amigos y nuestros enemigos, por quién sufrir o por quién dar todo hasta no sentir. Elegimos seguir hacia delante, anclarnos en el pasado o equivocarnos de camino. Elegimos arriesgar, vivir condicionados a nuestras decisiones, no pensar o calcular el golpe con demasiada precisión. Elegimos elegir o dejar que elijan por nosotros. Yo a día de hoy puedo asegurar que elegí una segunda familia, mis amigos. Elegí querer y arriesgarlo todo aun sabiendo que tenía las de perder. Elegí enamorarme y olvidar, pero también recordar. Elegí mirar al frente cada día, al futuro, sin miedos y sin prisas. Elegí cagarla y no arrepentirme, salirme del camino y volver a él. Elegí decidir, aunque, admitámoslo, siempre lo hice a lo loco. Pero lo más importante es que elegí vivir, y no que viviesen por mí.

martes, 2 de abril de 2013

Siempre hemos sido mi jodida suerte y yo.



Mírame, sigo aquí, pero esta vez a años luz de ti y de nuestras apuestas de alto riesgo. Y es que lo que tenía jugarnos todo cada dos por tres, hasta lo que no teníamos, un futuro juntos, es que al final la suerte acaba cansándose de ti. Y lo perdiste todo campeón. Tú, que te creías el ganador nato de cualquiera de nuestras partidas, de nuestros juegos absurdos, de mis besos, y yo, que apostaba por todo menos por nosotros dos. Tú tan “te tengo en el bote” y yo tan “¿tú quién eres?”. Y nos pasó factura la suerte y resultó que la debíamos más de lo que teníamos. Y ahora yo la sigo pagando a plazos, se me acabaron las apuestas, pero veo que estoy pagando las dos partes porque tú no has dejado de arriesgar.
Pero acuérdate de lo que siempre te decía “Por muchas veces que arriesgues, la suerte está de mi lado, no del tuyo, campeón”.

martes, 26 de febrero de 2013

Si un escritor se enamora de ti, nunca morirás.


Dicen que las mejores historias se crean en los peores momentos. Cuando has tocado fondo, cuando estás en plena oscuridad y ni si quiera hay un atisbo de luz. Porque no son las que se escriben con los dedos, sino las que cuentan en silencio cada una de las lágrimas que se derraman sobre el papel. Son esas que querrías gritar pero que acaban perdiéndose en la garganta, entre las cuerdas bocales que un día rasgaban un “te quiero”, porque sabes que si llegan a la boca acabarán jodiéndote la sonrisa. Las mejores historias son las que nos duelen a quemarropa, las que abren heridas, las que se quedan escondidas ahí, entre el corazón y los pulmones, dejándote sin respiración y con el corazón hecho trizas.

miércoles, 6 de febrero de 2013

Que es como una mezcla letal de ganas de comerme el mundo con ganas de comerle a besos.



Un amor dulce, dulce y sencillo, de esos llenos de pequeños detalles y grandes momentos dignos de recordar. Con silencios que se rompen con el filo de sus sonrisas o con sus mordiscos, cuando asegura que mi piel entre sus labios sabe mejor. Y es la mejor sensación, esa que hace que me tiemblen los pies cada vez que él aparece girando la esquina, por muchos días que le haya visto o por muchas horas que haya pasado con él. Dependencia a sus caricias, esas que traen consigo el verano en pleno febrero, y a esas jodidas manías que me hacen perder los nervios para al final acabar siempre perdiendo el control. Que nada se le compara, que preferiría mil veces una mirada de esas suyas de reojo cuando cree que me enfado a unas navidades en New York, un “buenos días enana” a cualquier canción de amor con dedicación propia. Porque no necesito vicios caros si tengo sus besos guardados en la curva de mi cuello, ni necesito a la suerte de mi lado si le tengo a él riéndose del destino aquí, conmigo. Porque sería imposible no creer en las casualidades cuando tengo a la más bonita sonriéndome a quemarropa cada dos por tres, pero más imposible sería no creer en el amor después de uno de sus “te quiero” que calan hasta los huesos.

miércoles, 23 de enero de 2013

Doscientos sueños rotos grabados a quemarropa en el corazón.


Y es que el mundo pesa demasiado y tus sonrisas hoy saben a poco. En realidad saben a mucho, pero a recuerdos, a otros besos robados, a otras lágrimas saladas que las borran, saben a otra piel. Hoy es día de besos amargos y caricias baratas. Porque para qué nos vamos a engañar, el invierno no congela los corazones hechos trizas en pleno Diciembre, lo hace cuando se acerca Febrero, recordándonos que las andadas no valían nada, pero que eran tan distintas al amor que acaban creando vicio, y lo malo de los vicios es que, aunque no queramos darnos cuenta, acaban rompiéndonos poco a poco.

viernes, 11 de enero de 2013

Esa voluntad de ser inolvidable antes de convertirme en un recuerdo.


Dicen que todo lo que hagas en esta vida será insignificante, pero es importante que lo hagas, porque nadie más lo hará por ti. Y es verdad, yo tengo la voluntad de ser inolvidable antes de convertirme en un recuerdo. Quiero ser una canción para alguien, un beso robado, incluso puedo ser un amanecer de septiembre. Que quiero ser el lobo feroz, aunque sinceramente, no me importa si al final acabo siendo la bruja mala del cuento. Que quiero ser como tus sonrisas, esas que calan hasta los huesos, o como tus miradas que hacen que me tiemblen las piernas. Que yo tengo claro que quiero ser para alguien lo que tú eres para mí, mi pequeño momento de verano en pleno diciembre, mi moneda de dos caras, mi gran oportunidad, mi perdición y mi salvación, mi casualidad más bonita, mi inolvidable.


jueves, 10 de enero de 2013

Nobody learns to forget.


Aprendemos a andar, a caernos y a volvernos a levantar. Aprendemos a confiar, a jugárnosla y a apostar sin tener fundamentos lógicos que nos hagan pensar que vamos a ganar. Aprendemos a querer y a sonreír de verdad. Nos aprendemos su nombre y sus apellidos, su dirección y hasta los lunares y cada curva de su cuerpo. Aprendemos a superar los baches, a no cagarla y nos aprendemos lo bueno de las reconciliaciones. Aprendemos a no dormir sin sus buenas noches. Pero no aprendemos a olvidar, nadie aprende a olvidar, y eso debería ser lo primero que alguien nos enseñara. Que aprendiéramos a dejar de mirar el teléfono esperando que llame, a esquivar miradas que ruegan a gritos y en silencio un “lo siento”. A olvidar cómo saben sus besos una tarde de verano o lo que calienta un solo dedo de sus manos recorriendo tu espalda un domingo en pleno diciembre.
Eso es lo que deberíamos aprender, aprender a olvidar los recuerdos y nuestros errores, pero no podemos, porque, queramos o no, cada uno de esos recuerdos y esos errores es lo que hace que hoy vivamos. 

jueves, 3 de enero de 2013

Game Over campeón.



Y hoy lo siento por las veces que te dije que estaría ahí, por los besos que te regalé, y las sonrisas que te di. Lo siento por el tiempo que te tuve, bueno, el que me tuviste tú a mí más bien. Pero más lo siento por ti, porque desperdiciaste el tiempo que podrías haber gastado entre las sábanas de otra cama y lo invertiste en inventarte mentiras baratas para mí. Así que no lo siento por haber jugado y haber perdido, lo siento porque el jugador que me ganó la partida no llegaba a mi altura.

miércoles, 2 de enero de 2013

En nuestros planes no está mirar atrás.



Somos jóvenes y alocadas. Podemos triunfar o caer y besar el suelo. Podemos estar deprimidas al levantarnos y comernos el mundo a la hora del café. Podemos enamorarnos, perder el culo, cagarla o seguir creyendo que las segundas partes acabarán en un final feliz. Que no seremos maduras ni tendremos los pies en la tierra. No sabremos lo que haremos hasta que llegue el momento y puedo asegurar que a ninguna de nosotras nos gustan los planes si no son para irnos de fiesta. Así que la cagaremos muchas veces, eso está claro, pero también se nos da bien eso de cicatrizar heridas y aprender a olvidar.
Porque por muchas veces que caigamos siempre nos vamos a levantar.

Porque es lo que deberíamos hacer, quemar y quemar calendarios. Vivir sin horarios, sobrevivir a diario.


Cuando esperamos que el recuerdo más bonito que tenemos vuelva a suceder, lo único que hacemos es perder el tiempo, tiempo que necesitamos para curar heridas, para olvidar, para aprender a querer otra vez, tiempo para volvernos a enamorar. Y ese tiempo no vuelve, se fuga huyendo de los relojes y los calendarios. Porque nos pasamos la vida diciendo que necesitamos tiempo, cuando en realidad nos sobra lo suficiente como para construir nuestra vida desde cero después de que se haya derrumbado mil veces.