jueves, 3 de noviembre de 2011

Felices 17 Penca! :)

Y allí estaba ella, con esa sonrisa despampanante y esa mirada que te desarmaba en menos de un segundo. Con esa puta risa contagiosa de una niña pequeña a la que los problemas le vienen grandes y los vestidos de princesa se le quedan pequeños, pero que sigue siendo feliz. Ella estaba allí pero yo juraría que en realidad estaba perdida entre recuerdos inolvidables de noches mágicas, debían ser unos buenos recuerdos porque se reía sola, de felicidad, de entusiasmo, de alegría. Nadie la dijo nunca que la vida fuese fácil pero allí estaba ella otro año más, intentando ser feliz, pidiendo un deseo tal vez con pocas probabilidades de cumplirse, pero nunca imposible. Se la veía radiante, como si en esos momentos le importaran una mierda los problemas y hubiese tirado sus miedos por el balcón. Se la veía soñadora, puedo asegurar que por lo que vi en su mirada en ese momento hubiese creído hasta en las hadas madrinas y los príncipes azules otra vez, aunque no sé si alguna vez los olvidó. Ella estaba allí, barajando la cantidad de deseos que podía pedir, podría haber pedido la Luna, ser miss universo, un príncipe azul con castillo incluido, no perder a sus amigas nunca, vivir en las nubes, un viaje por el mundo, un puñado de estrellas, amaneceres en París, la inmortalidad.. Podría haber pedido todo y más, hasta lo improbable, pero en vez de eso lo único que pidió fue seguir como hasta ahora, como siempre, con esas pequeñas dosis de felicidad diaria que hacían que esta puta vida le resultase más fácil.


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