lunes, 30 de abril de 2012

Yo contigo quiero un para siempre

Le miró a los ojos y en bajito, susurrándole, casi diciéndoselo sin pronunciar palabra alguna, le hizo prometer un “aquí y ahora” que no se pudiese borrar ni con el whisky barato de aquel bar de carretera. Y él lo único que hizo fue soltar un “no puedo”  casi sordo, pero lo suficientemente alto para agrietarla el corazón. Ella, a dos centímetros del abismo, a dos centímetros de su boca, se giró después de haber perdido todos los sentidos, con los ojos empañados de lluvia y decidió huir a cualquier lugar. Entonces una mano fugaz la agarró de la cintura, recorriéndola a su antojo, sin miedos y sin prisas; y sus labios, a menos de un centímetro de su oído, la gritaron desde lo más hondo del corazón “yo contigo no quiero un aquí y ahora, quiero un para siempre durante el resto de mi vida”

2 comentarios:

  1. Qué pocas veces pasa eso.. ya no quedan tíos así.. por desgracia.
    Un texto increíble como todos.
    Un beso.

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