miércoles, 10 de octubre de 2012

Los amores se apagan, nos dejan arañazos.



Se quedó con el corazón más roto que las medias que llevaba aquel sábado noche que se encontraron. Y es que las despedidas duelen, pero más duele saber que los recuerdos te arañan día a día y que las sonrisas siguen calando hasta los huesos, aunque no joden tanto como saber que sus besos eran de alquiler. Tantas noches de verano regalándole caricias que al final ha llegado el puto invierno y la ha congelado el corazón.

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