jueves, 29 de noviembre de 2012

Ella siempre fue diferente. Me refiero a un diferente raro.


Siempre quiso a alguien que le besara las heridas y que nunca le prometiese quedarse para siempre. Que prefería que se largasen de su vida sin dar explicaciones y sin ninguna razón lógica, porque los “no eres tú, soy yo” acaban doliendo a quemarropa con los años. Ella era diferente, prefería pasar las noches melancólicas bajo un cielo vacío de estrellas que perderse entre botellas de tequila y rodajas de limón. Que se prometió no depender nunca de nadie porque siempre creyó que echar de menos otros besos era un precio demasiado caro para ella, pero al final todos los vicios enganchan y ella acabó enganchándose a su boca.

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