lunes, 10 de octubre de 2011

Ella♥

Ella era de las que se enamoraba con una mirada, de las que no la importaba subir a tres metros sobre el cielo aunque sabía que la hostia que se daría cuando cayese le dolería. De las que pensaba que el primer tío que la dijese ‘’Buenos días princesa’’ se iba a quedar con ella toda la vida. De las que esperaban a su príncipe azul con la esperanza de que no se hubiese encontrado con ninguna zorra poligonera en el camino. De esas que te volvían loca diciéndote que le querían y a los dos minutos que le odiaba, aunque en el fondo todas sabíamos la realidad. De las que se sabían el cuento de Cenicienta de memoria. Así era ella, una niña, una princesa que había crecido con el tiempo, sí, pero seguía atrapada en el mismo cuento de hadas que cuando tenía tres años.
Y hoy, hoy ha cambiado tanto... Ella, que ahora se pinta los labios de rojo porque quiere dejar huella, ella que se pone los tacones más altos de su armario, esos que no la hacen tocar el cielo con la punta de los dedos, sino pisar firme sobre él. Ella que ahora se pone el vestido más corto y con más escote que encuentra. Que se echa ese perfume para enamorar, que enloquece bailando después de haberse tomado unas copas de más. Ella, que dejó de estar a tres metros sobre el cielo para pisar firme en la realidad, pero de su propio mundo, claro. Ella, que se bebe las noches en la ciudad, que sonríe, pero siempre con segundas intenciones, claro está. Ella que un día decidió improvisar y arriesgar. Ella, que le dio calabazas al príncipe en el baile, y en vez de irse a casa a las 12 llegó de madrugada, borracha, con los tacones en la mano, las medias rasgadas, y los labios besados. Ella, tan loca, tan alegre, tan diferente y a la vez tan igual, tan niña, tan inmadura, tan absurdamente feliz...




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