lunes, 30 de enero de 2012

Tengo el sitio perfecto para que veamos las estrellas y algún que otro amanecer. Me he aprendido de memoria miles de nombres cariñosos por los que llamarte y que no te gusten, para que luego te enfades y acabemos montando nuestra batalla particular en la cama. Ya he comprado el chocolate para los domingos, que el café de resaca no sienta demasiado bien. Tengo en mi móvil la dirección de nuestra heladería favorita. Tengo cada poro de mi piel preparado para sentir tus caricias y unos labios nuevos para que los desgastes tú. Ahora tan solo me falta conseguirte a ti.

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