martes, 7 de febrero de 2012

Porque estamos en peligro de extinción


Un aplauso a todos aquellos que cantan en la ducha, que quedaron mal delante de un centenar de personas, que se pusieron un cubo en la cabeza y empezaron a gritar. Otro aplauso para los que tienen la sonrisa pegada en la cara, para los que perdieron el sentido del ridículo un sábado noche de borrachera y no se molestaron en buscarlo el domingo. Uno por los locos, por los que colapsan las miradas de la gente con sus ridículos bailes, por los que son diferentes y se sienten orgullosos de serlo. Un aplauso por los arriesgados, por los estúpidos soñadores. Un aplauso por nosotras.

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